Ofertas venideras de la agenda pública
En el marco del último trimestre de este convulso 2012, política y económicamente, es previsible el embate publicitario para inducir las infaltables compras de temporada y también el ensanchamiento de la grisura que se cierne en el panorama laboral para los jóvenes universitarios.
Además, en los días que corren se percibe un necesario golpe de timón ahora que se consume el relevo presidencial.
Indefectiblemente, el paso de la estafeta política de Felipe Calderón a Enrique Peña está determinado por el rojizo tono de esa cruenta guerra contra el narcotráfico. Es materia de alta intensidad en la agenda pública.
Los otros dos temas de indiscutible trascendencia son la puesta en marcha de las reformas energética y fiscal.
Por lo pronto, las necesarias modificaciones a esa fallida estrategia se establecen y ajustan, aunque aún no queda del todo bien vista la reciente llegada del general colombiano Óscar Naranjo para asesorar en materia de seguridad pública al gobierno entrante.
Aún es tiempo de armonizar los equipos de trabajo al respecto, sobre todo en materia de inteligencia para afrontar al narcotráfico y sus variantes que repercuten en la seguridad pública de los tres niveles de gobierno.
Mientras tanto, la transnacional Walmart acaba de lanzar su campaña “El ahorro más grande de México”, cuyo principal objetivo es “ofrecer precios bajos para generar un ahorro de mil 500 millones de pesos en productos de consumo básico como abarrotes, artículos de higiene y belleza”. La encargada de presidir los promocionales es la inefable Yuri.
Y esto habrá de encadenarse con el proverbial hit comercial en que se ha convertido “El Buen Fin”, donde un significativo monto de los aguinaldos por venir se canalizará por el encanto de una seducción publicitaria de regio impacto a la mayoría de las tiendas departamentales.
De nueva cuenta, el gasto prioritario en la mayoría de los hogares mexicanos se enajena, aplaza o sustituye por las imperantes compras (políticamente correctas, dicen algunas buenas conciencias) de la temporada navideña.
Así las cosas, vale la pena hacer un reflexivo análisis respecto a los también recientes resultados de la cuarta encuesta de empleo elaborada por Trabajando.com y Universia México (una red de universidades presente en 23 países de Iberoamérica) donde se revela el difícil horizonte laboral para universitarios de 18 a 30 años.
Un dato singular es el siguiente: “en Iberoamérica, 63 por ciento de los jóvenes dijo estar sin trabajo, mientras que 21 por ciento tiene un empleo pero desea cambiarlo”.
Es evidente que en esa realidad habitan cientos de miles de jóvenes profesionistas o técnicos que se ven obligados a un trabajo temporal, transitorio, mientras se espera una mejora en la obtención de un empleo formal.
Es aquí donde se reitera la preocupación de la ciudadanía toda: inseguridad, desempleo y pobreza.
Y sin embargo, las ofertas venideras de la agenda pública se procesan entre la pronta frivolidad y la deseable imaginación política.
En el marco del último trimestre de este convulso 2012, política y económicamente, es previsible el embate publicitario para inducir las infaltables compras de temporada y también el ensanchamiento de la grisura que se cierne en el panorama laboral para los jóvenes universitarios.
Además, en los días que corren se percibe un necesario golpe de timón ahora que se consume el relevo presidencial.
Indefectiblemente, el paso de la estafeta política de Felipe Calderón a Enrique Peña está determinado por el rojizo tono de esa cruenta guerra contra el narcotráfico. Es materia de alta intensidad en la agenda pública.
Los otros dos temas de indiscutible trascendencia son la puesta en marcha de las reformas energética y fiscal.
Por lo pronto, las necesarias modificaciones a esa fallida estrategia se establecen y ajustan, aunque aún no queda del todo bien vista la reciente llegada del general colombiano Óscar Naranjo para asesorar en materia de seguridad pública al gobierno entrante.
Aún es tiempo de armonizar los equipos de trabajo al respecto, sobre todo en materia de inteligencia para afrontar al narcotráfico y sus variantes que repercuten en la seguridad pública de los tres niveles de gobierno.
Mientras tanto, la transnacional Walmart acaba de lanzar su campaña “El ahorro más grande de México”, cuyo principal objetivo es “ofrecer precios bajos para generar un ahorro de mil 500 millones de pesos en productos de consumo básico como abarrotes, artículos de higiene y belleza”. La encargada de presidir los promocionales es la inefable Yuri.
Y esto habrá de encadenarse con el proverbial hit comercial en que se ha convertido “El Buen Fin”, donde un significativo monto de los aguinaldos por venir se canalizará por el encanto de una seducción publicitaria de regio impacto a la mayoría de las tiendas departamentales.
De nueva cuenta, el gasto prioritario en la mayoría de los hogares mexicanos se enajena, aplaza o sustituye por las imperantes compras (políticamente correctas, dicen algunas buenas conciencias) de la temporada navideña.
Así las cosas, vale la pena hacer un reflexivo análisis respecto a los también recientes resultados de la cuarta encuesta de empleo elaborada por Trabajando.com y Universia México (una red de universidades presente en 23 países de Iberoamérica) donde se revela el difícil horizonte laboral para universitarios de 18 a 30 años.
Un dato singular es el siguiente: “en Iberoamérica, 63 por ciento de los jóvenes dijo estar sin trabajo, mientras que 21 por ciento tiene un empleo pero desea cambiarlo”.
Es evidente que en esa realidad habitan cientos de miles de jóvenes profesionistas o técnicos que se ven obligados a un trabajo temporal, transitorio, mientras se espera una mejora en la obtención de un empleo formal.
Es aquí donde se reitera la preocupación de la ciudadanía toda: inseguridad, desempleo y pobreza.
Y sin embargo, las ofertas venideras de la agenda pública se procesan entre la pronta frivolidad y la deseable imaginación política.
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