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miércoles, 21 de noviembre de 2012

Jinetes fallan y general resbala al cambiar apellido al Presidente
México, D.F.- Errores, caídas...y aplausos para el Ejército y la Marina. Así se desarrolló el último 20 de noviembre que encabezó Felipe Calderón como Presidente de la República y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.
Seguro de sí, el general Rubén Venzor Arellano, comandante de la décimo segunda región militar, cambió la historia del país.
Por unos segundos México tuvo dos Presidentes, Felipe Calderón Hinojosa y Felipe Calderón Espinoza, como lo llamó el general Venzor Arellano, durante su discurso en la condecoración a la perseverancia, mérito deportivo y ascensos, en el campo Marte.
Ya en el desfile militar, cívico y deportivo, con motivo del 102 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, la acrobacia de 10 jinetes montados en 5 caballos para hacer una pirámide, dejó en silencio al público que se hizo presente en la plancha del Zócalo.
La acrobacia salió mal, se cayeron. Todos se levantaron menos uno, el más lesionado...la cara del Presidente Calderón, desde el palco de Palacio Nacional, mostraba su preocupación por el militar que no se levantaba.
Su nombre se desconoce, pero fue el héroe del día que en medio de aplausos fue llevado inmovilizado en camilla a una ambulancia.
Lo cierto es que la población que llegó a la plaza de la Constitución aplaudió cada demostración que hacían los más de 8 mil elementos de las Fuerzas Armadas que participaron durante el desfile.
Los aviones que pintaron el cielo con los colores de la bandera fue un momento emotivo para todos los asistentes, así como el descenso de dos helicópteros en plena plancha del Zócalo.
No faltó quien se tomara la foto con el tanque blindado o con una de las aeronaves. El chiste era inmortalizar ese momento a lado de los que desde hace cinco años fueron sacados de sus cuarteles para enfrentar al crimen organizado.
“No hay comparación, si veo a un militar me siento seguro, pero cuando veo patrullas de la Policía Federal no me da confianza”, comentó el señor Esteban. “Por siempre el Ejercito será la institución más confiable que tenemos”, dijo una de las asistentes de nombre Jaqueline, antes de tomarse una foto a lado del helicóptero Cougar de la Fuerza Aérea.
Al último, un Viva México cimbró el primer cuadro de la ciudad, mientras el presidente saliente se despedía desde el palco de Palacio Nacional.

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