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lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Qué obligó a Patricia Grimaldo a apuñalar a su esposo, el diputado del PRI, Jaime Serrano Cedillo?

JUAN LÁZARO

El maltrato, los golpes, la violencia intra familiar ¿Obligaron a Patricia Grimaldo de la Cruz a apuñalar a su esposo Jaime Serrano Cedillo? ¿Qué hizo el diputado del PRI en ese momento para que una mujer utilizara una arma punzo cortante para agredirlo o posiblemente para defenderse de una golpiza qué recibía?
La procuraduría estatal encontró que hubo golpes en la pareja, que las agresiones iniciaron en la recámara y acabaron en la cocina. Hubo una pelea previa antes de la agresión fatal, es claro.
¿Qué tanta responsabilidad tuvo Jaime Serrano en su muerte? ¿Estaba drogado, alcoholizado en el momento en que se peleó con su mujer?
¿Hasta qué extremo Jaime maltrataba o golpeaba a su esposa? ¿Ese dato lo dará la procuraduría o lo mantendrá oculto para proteger a un miembro de la clase política del PRI de Nezahualcóyotl?
Se sabe públicamente que Jaime Serrano no era “una perita en dulce”, tenía sus errores humanos como muchos y le gustaba maltratar a su esposa. Esa situación duró años y que por eso estaban separados, no divorciados.
Pero este tema es para juristas y agrupaciones defensoras de los derechos de la mujer en el estado de México, entidad dónde las agresiones a mujeres son constantes, pero cuya cifra de casos se ocultan o las dependencias oficiales no revelan.
Jaime está muerto lamentablemente, su esposa en la cárcel y ¿sus hijos? ¿Pagan las consecuencias?
Ahora ¿porqué no escuchar la versión pública de Patricia Grimaldo, porque la encarcelan sin escucharla, saber sus razones o motivo para tomar un cuchillo de la cocina y clavárselo a su esposo?
Es claro que Patricia ni planeó cometer un crimen, ni lo pensó. Fue -quiero pensar- un momento dramático en el que hubo golpes, mucha violencia y desesperación.
¿Cuántos casos similares hay en el estado de México y en el país? ¿Quién llega a matar a su esposo por maltrato físico? Hay casos.
¿Sabía usted amigo lector que en el estado de México más de la mitad de mujeres sufren violencia doméstica, física, moral, económica o psicológica, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI)?
Más de la mitad. Increíble.
En el resultado y metodología de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares ENDIRECH-2011, dada a conocer apenas en agosto pasado en la Cámara de diputados en San Lázaro, arrojó que 56.9 por ciento de mujeres mexiquenses entrevistadas son objeto de cualquier tipo de violencia física, psicológica o económica por parte de sus conyuges.
Pero dudo que Patricia Grimaldo con estudios de derechos, funcionaria pública y esposa de un político que fue diputado federal, cercano al hoy gobernador Eruviel Ávila, aspirante a la presidencia municipal de Nezahualcóyotl y actualmente legislador local del PRI, tuviera que calificar para ser entrevistada e incluida en esa encuesta, al igual que miles de mujeres que sufren violencia intrafamiliar.
Además, es muy difícil que la esposa de un político sea consultada para que diga sí su pareja la golpea, es un tabú, una cuestión de honor –para el político, claro- , no lo dicen, es una cifra oculta.
En Nezahualcóyotl –nos hemos enterado- que algunos diputados y funcionarios públicos municipales agreden a sus esposas, pero ellas están indefensas porque saben que sí se atreven a denunciar, sus parejas se verán afectadas en sus carreras políticas o corren el riesgo de que sus denuncias sean acalladas por el mismo sistema político.
Para ilustrar un caso de la violencia hacía una mujer y que quedó impune porque la procuraduría estatal se puso al servicio del político. Es el siguiente: el hoy diputado federal del PRI, Juan Manuel Carbajal Hernández, le pegó a su hermana por la disputa de unos terrenos en el municipio de Tlalmanalco.
La hermana inició una denuncia en la fiscalía de Amecameca y esperó horas, después días y luego meses, para que fuera escuchada, pero por el influyentismo de Carbajal –que en ese momento era alcalde de Chalco- el fiscal de la PGJEM, Javier Ocampo García, se hizo de “oídos sordos” para quedar bien con el político.
Recuerdo la segunda vez que la hermana fue agredida por Carbajal, me dijo: “para que voy a la fiscalía de Amecameca si todos están al servicio de Juan Manuel, sí la primera vez, no me hicieron caso, en esta, menos. Están vendidos con mi hermano”
Y cuánta razón tenía. En la procuraduría tiene más peso la influencia de un político, que el dolor de una mujer.
Ahora, Carbajal es un “representante del pueblo” en la cámara de diputados de San Lázaro, donde se hacen leyes, entre ellas para la protección de las mujeres. Irónico.
Pero hay otros casos de violencia de políticos a sus esposas, uno de ellos en Nezahualcóyotl, candidato del PRI a una regiduría. En plena campaña política, le dio una golpiza a su mujer. Tenemos el nombre del político, pero como su esposa no hizo ninguna denuncia para no perjudicar a su marido, no lo podemos publicar; después este político llegó a ser diputado federal del PRI y por cierto, era amigo de Jaime Serrano.
Es más fácil que una mujer agredida que no sea esposa de un político, vaya y denuncie, y, a lo mejor si le hacen caso, pero sí es esposa de un político del PRI, PRD o de otro partido político, olvídense.
Los políticos, por su condición y relaciones, suelen manejarse con prepotencias en los distintos ámbitos de su desarrollo. Prepotencia que llevan a sus hogares, en donde las esposas, gente a su servicio y hasta sus hijos son el blanco de agresiones propias de esa impunidad, ¿hasta dónde la mujer de un político sufre de violencia y no la denuncia?
Es el caso de Patricia Grimaldo de la Cruz, víctima de violencia intrafamiliar nunca desfogada y que estalló en un momento de desesperación de una manera trágica para toda la familia.
Pero que hubiera pasado, sí la situación fuera al revés que Jaime Serrano asesinara a golpes a su esposa ¿por su condición de diputado del PRI lo protegería el gobernador? Incierto.
¿Hasta dónde es culpable Patricia Grimaldo? ¿Hasta dónde es culpable Jaime Serrano? ¿Hasta dónde es culpable nuestro sistema mexiquense?
PARA EL ARCHIVO…
En el 2008, el entonces gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto y el Congreso local, decretaron la ley para la Prevención y Erradicación de la Violencia Familiar del estado de México.
En uno de sus conceptos, dice: “La presente ley también se aplicará cuando se ejerza violencia, sobre la persona con quien tenga o haya tenido relación de noviazgo, pareja o matrimonio. De igual forma aquellos a quien se deposite el cuidado de los hijos o a las personas que sin ser familiar se les de éste trato”.
Pero la realidad es otra, las mujeres en el estado de México, siguen sufriendo consecuencias fatales por la violencia intrafamiliar, ya que a pesar de que existe una ley para favorecerlas, muchas de ellas las desconocen.
Además, también Peña Nieto, en noviembre de ese año, publicó en la Gaceta de gobierno la ley de Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia del estado de México, la cual no se cumple como lo afirma la encuesta del INEGI dada a conocer en la cámara de diputados en San Lázaro.
Esas leyes no funcionan en el estado de México, donde más de la mitad de las mujeres entrevistadas por el INEGI sufren algún tipo de maltrato físico, emocional, psicológico y económico.

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