Páginas

jueves, 10 de mayo de 2012

"Monopolio del transporte atenta contra la economía popular": Abel Pérez Zamorano

“A pesar de que el artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe las prácticas monopólicas, Axel García Aguilera, mejor conocido como el ‘zar del transporte’, posee un poderoso monopolio en el Estado de México, lo que ha desatado un grave conflicto entre él y pequeños grupos de transportistas independientes que quieren participar en esta actividad para ganarse honestamente la vida”, señala el Doctor Abel Pérez Zamorano, catedrático de la Universidad Autónoma Chapingo y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Los trabajadores del volante que necesitan y desean trabajar en la región han hecho saber que el "zar" (que ha sido presidente municipal de Cuautitlán Izcalli  y subprocurador general de justicia del Estado de México) domina las rutas regionales, pues posee, personalmente, 5 mil unidades de transporte, entre combis, microbuses y autobuses urbanos, y, sumados a los de grupos agremiados, llegan más o menos a 10 mil. "Como todo monopolio, defiende su coto con barreras a la entrada, aunque en este caso, de lo más singulares, civilizadas y modernas, como, por ejemplo, darle de tiros a los choferes que se atreven a independizarse, o prenderle fuego a las unidades de los insumisos. Todo esto a ciencia y paciencia del gobierno del Estado de México, sospechosamente tolerante", acusa el académico especialista en desarrollo económico y autor del libro Marginación Urbana: el caso del Oriente Mexiquense.

El Doctor por la London School of Economics explica que los monopolios, y en particular el del transporte, atentan contra la economía popular, pues "son mercados donde sólo hay un vendedor o productor de un bien o servicio, normalmente protegido por el Estado, y con poder de mercado, es decir, no hay competencia, pues se aplican 'barreras a la entrada'  para impedir el acceso a otros oferentes, lo que impide que los precios se equilibren entre empresas, a favor del consumidor". Menciona que el monopolio, aprovechando su exclusividad, fija a su gusto los precios, establece a su conveniencia cantidades de producción y condiciones de venta y, aunque baje el valor de las mercancías por la reducción en el tiempo de trabajo necesario para producirlas, esto no se refleja en el precio, que se mantiene igual o incluso aumenta.

"El desarrollo de una economía moderna, eficiente y verdaderamente competitiva, no puede basarse en estructuras arcaicas que, además de preservar el atraso, son lesivas, tanto para los pequeños transportistas que desean trabajar en forma independiente, y a quienes se impide competir, como para los usuarios del servicio, sobre todo los más pobres, quienes deben transportarse obligadamente en las unidades del monopolio", indica Pérez Zamorano.

Por causa de interés social, señala el académico, este monopolio debe ser desarticulado, de manera efectiva, suprimiendo todas las barreras a la entrada que ha establecido, máxime si éstas son ilegales. "Debe abrirse el acceso a más competidores, para dar paso a un mercado socialmente menos dañino, más equilibrado, libre de excesos y con menos abusos. Pero eso es precisamente lo que el gobierno se niega a hacer", sentenció.

No hay comentarios:

Publicar un comentario