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martes, 13 de marzo de 2012

¡YO SOY MARIO PICAPIEDRA!
Chimalhuacan Mex.- ¡Yo soy Mario Picapiedra!, así se define el tallador Mario Heriberto Buendía Arrieta, cantero chimalhuacano cuatro veces ganador de la Feria metropolitana Artesanal y Cultural de Chimalhuacán (FMACCH) en la categoría Máster Figurativo (tres veces primer lugar y un tercer lugar), premios que le han servido como carta de presentación para proyectar su trabajo a nivel mundial; quien ha presentado su obra en Monterrey, Nuevo León, y Filipinas. 
Después de obtener un premio en la Feria Metropolitana en el 2008 con su obra “Madre 1”, Mario Heriberto fue contactado por una empresa española para poder enseñar el oficio de la piedra a jóvenes filipinos de entre 15 y 25 años de edad.
“Más que el apoyo económico que te brindan en la feria es la proyección, el hecho de que los chimalhuacanos seamos reconocidos a nivel mundial… cuando llegué a Filipinas lo que más orgullo me dio es que me dijeron: Té eres de Chimalhuacán, de donde pican la piedra”.
En el jardín de su casa rodeado de su familia, Mario describe su participación en la feria de Chimalhuacán como una verdadera fiesta en la que se comparte con colegas y amigos de arte, la vida, glorias y tragedias: “llega un momento en el que después de que todo mundo se va, te encuentras sólo con tus compañeros, sólo se escucha el canto del cincel y te vuelves uno con tu pieza”.
El cantero chimalhuacano toca su mentón y mirando hacía Xicalli, pieza ganadora del 2do lugar a nivel nacional en el concurso organizado por el Museo de Arte Popular en 2007, dice sentirse tranquilo de que el Gobierno del Nuevo Chimalhuacán siga apoyando a los artesanos.
“Los canteros estamos evolucionando, nos estamos transformando de artesanos en artistas, muestra de ello son las múltiples obras que hemos realizado a lo largo del mundo, e incluso en nuestro municipio como el Arco de la Identidad Chimalhuacana, dos replicas del Calendario Azteca, la Escuela-taller del Cantero y, por supuesto la exposición de Raíces Vivas de Chimalhuacán en el Palacio de Bellas Artes, Guadalajara y Veracruz”.
Finalmente, Don Mario muestra los trabajos de su pequeño hijo Atzin, dibujos y pequeñas piezas de piedra que lo hacen sentirse seguro y confiado en que el arte chimalhuacano seguirá preservándose por mucho tiempo en uno de los municipios más antiguos del Estado de México: Chimalhuacán.

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