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sábado, 18 de febrero de 2012

Por qué no creerle a Gabriel Quadri…
·         De novedoso intelectual a político improvisado
Por José Manuel Miranda
H
ace muchos años que lo he escuchado, innumerables veces me he sorprendido con sus aportaciones, muchas ocasiones me ha movido al desacuerdog la forma en que plantea sus argumentos, pocas veces coincido al 100% con él.
Gabriel Quadri De la Torre es un académico tachado de intelectual que durante años ha aportado opiniones diversas sobre temas especialmente relativos a la conservación del ambiente, unas controvertidas, otras controversiales. Gabriel es un personaje que es conocido hace años de forma masiva por participar especialmente en el programa radiofónico “Enfoque” que conduce el Dr. Leonardo Curzio.
Hacemos énfasis en que es un personaje conocido de forma masiva a través de ese medio, porque una de las acusaciones sobre su imagen es que “es un tipo que nadie conoce”…  Sin embargo eso no lo descalifica para realizar las actividades que a él mejor le parezcan.
Gabriel es un individuo a mi entender en exceso petulante, de esos que en su epígrafe al libro “Aprender a pensar bien” Edward de Bono acusa más o menos así, “las personas que no tienen enfrente alguien que les demuestre que están equivocados, piensan que piensan bien…”, esto aunque estén equivocados completamente.
Gabriel es exasperante por la imposición de sus juicios y dictado de sus tesis desde los espacios a los que tiene acceso; a pesar de ello es un individuo altamente interesante en la conformación de un discurso que ofrezca dictámenes sobre posibles alternativas de solución a problemas que las requieren urgentemente.
Gabriel (al cual sólo conozco de vista), es incisivo y muy ocurrente, tan es así que la manera en que aceptó ser candidato del Partido Nueva Alianza a la Presidencia de México, lo demuestra. Aceptar entrarle a un toro inmenso y con alambre de púas alrededor de su cuerpo, todo motivado por una conversación en una cena sin previa visualización de que eso podría suceder, no es más que una simple ocurrencia.
Hasta el momento ha sido entrevistado en varios espacios noticiosos y ha declarado no conocer a la dueña del partido político al cual va a representar. No le hace falta, él mismo ha denostado con singular alegría las acciones de la llamada “maestra” Elba Esther Gordillo, porque conoce a fondo lo pernicioso que resulta que la dichosa “maestra” meta la mano en asuntos relativos a la educación.
Gabriel mismo propone reformas a la educación que no ha sido posible llevar a cabo no porque no se conozcan las alternativas, sino porque el propio Sindicato Nacional  de Trabajadores de la Educación (SNTE) liderado por la “maestra”, se ha opuesto radicalmente a ello. Para ejemplo de lo anterior resaltan dos puntos:
·         La evaluación de los mentores educativos
·         Las escuelas de tiempo completo
En el primer punto los maestros han sido sistemáticamente opuestos a ser evaluados, con o sin argumentos; Gabriel los quiere evaluar.
Segundo punto, los maestros son renuentes a la escuela de tiempo completo porque les quita la posibilidad de trabajar en dos turnos y por supuesto de ganar el doble; Gabriel la quiere que todas las escuelas tengan un solo turno de tiempo completo.
Es tan incongruente la forma en que este académico se ha involucrado en esta aventura política que, no tiene expectativa de cumplir lo que prometa aunque tuviera remotas, muy remotas, posibilidades de ser Presidente de México.
Por lo pronto el escenario posible para todo mexicano que ha sufrido la forma de hacer política en nuestro país, es que el arribo de un candidato como Gabriel Quadri de la Torre sólo promete elevar la discusión en temas torales de la República, además de abrir las expectativas discursivas a temas hasta ahora no abordados (al menos no con claridad) como la legalización de las drogas.
Los mexicanos que leemos noticias e inventos de noticias, discursos y auto análisis políticos a encargo, estoy seguro que coincidimos: Gabriel Quadri sólo restará votos a los contendientes que hoy tienen la posibilidad de enfrentar a Enrique Peña Nieto como puntero en las preferencias electorales traducidas en diversas encuestas ya hechas públicas, pensar lo contrario es sólo un acto de autocomplacencia intelectual…



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