La Sedesol carece de palabra para cumplir a los pobres: Maricela Serrano

·        La dependencia es sorda y ciega para reconocer el crecimiento de la pobreza

·        Se ha convertido en apoyo electoral del PAN

La diputada federal por Ixtapaluca, Estado de México, Maricela Serrano Hernández, acusó que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) ha demostrado carecer de palabra para cumplir compromisos con los sectores más desprotegidos, además de ser sorda y ciega en torno al crecimiento de la pobreza.

Luego de la comparecencia del secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra, ante diputados federales con motivo de la glosa del V Informe de Gobierno, la legisladora sostuvo que con la actitud de “no oigo y no veo”, el funcionario cree que posee la verdad en su lengua al señalar que ha bajado el número de pobres.

Al querer desconocer esta realidad, dijo, no hace sino agravar los problemas del país e incluso volverlos más agudos. Y es que, añadió, a la Secretaría de Desarrollo Social se le asignaron mayores recursos en el presente año pero han sido mal empleados que tal pareciera le está apostando a la ingobernabilidad, porque no combate la pobreza y en cambio sirve como dependencia electoral del Partido Acción nacional.

“Con esa actitud le hace al país igual o más daño que la delincuencia organizada, pues su apatía, sus métodos para anular la gestión social y la táctica de retener los apoyos, a pesar de que son un paliativo para mitigar la situación de hambre de millones de familias, condenan a millones de mexicanos a la desesperanza y la desesperación.

La legisladora del PRI y dirigente de la organización Antorcha Campesina en el Estado de México, mencionó que es triste que tanto en la comparecencia de ayer, como en las de años anteriores, lo único que ha predominado es la soberbia y la prepotencia del funcionario.

“Me atrevo a decir que en estas comparecencias y fuera de ellas, sólo hace presencia pero tiene oídos sordos. Piensa que con la actitud de ignorar las observaciones y las quejas de los diputados y de la población en su conjunto, se acaban los problemas,  sin entender el gran daño que con ello se le hace al pueblo de México”, subrayó.

Maricela Serrano aseveró que en la era de Félix Guerra ha imperado la represión administrativa hacia organizaciones sociales que, Como Antorcha Campesina, no son afines a su partido.

Citó como ejemplo el manipuleo del programa “Oportunidades” en varios estados de la República.

“Por citar un caso, en Tamaulipas y el Estado de México, la consigna es ‘si eres de Antorcha se te quita el beneficio´, a pesar de que están empadronados y cumplen con el principal requisito que marca la ley: ser pobre”.

La legisladora se refirió también al caso de los damnificados por la explosión de un basurero en el territorio mexiquense, quienes a pesar de ser testigos de la firma de acuerdos por parte de funcionarios de la Sedesol para apoyarlos, “la respuesta es a la fecha, nada”.

“Para rematar, la Secretaría de Desarrollo Social ha incumplido el exhorto que desde junio le hizo la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para cumplir sus compromisos firmados con Antorcha Campesina. Simplemente no tienen palabra los funcionarios de esa dependencia”.

Abundó que es lamentable la indiferencia del gobierno federal a los reclamos sociales, y sobre todo, su actitud de mentir sobre el combate a la pobreza creyendo que eso los salva de su responsabilidad.

“Pero aunque trate de ignorarlo, la pobreza sigue más fuerte que nunca y con ella los males de la sociedad. Eso demuestra que ha fallado su plan de combate a la pobreza”, subrayó.

Serrano Hernández concluyó que en lugar de continuar con el baño de sangre a México, el gobierno de Felipe Calderón desde la Secretaría de Desarrollo Social, debería corregir el camino, “porque  la mejor forma de combatir la inseguridad, es combatiendo la miseria mediante la eficacia de los programas sociales, con educación, salud y empleo. Debe acabar con la práctica de sólo dar limosna a los que considere carne de cañón”.

Finalmente, exhortó a la dependencia a aplicar, sin trampas, los programas que de por sí son limitados, además de que haga a un lado su insensibilidad y escuche al pueblo organizado.