Procampo se ‘olvida’ de productores pobres
México, D.F.- A 20 años de su creación, Procampo “beneficia más a los productores de mayores ingresos” que a los de más bajos recursos ubicados en zonas marginadas, debido a que existen problemas en la integración del padrón de beneficiarios.
La falta de definición en la lista de personas que reciben un subsidio público hace que el dinero “llegue a quienes no padecen el problema” de contar con alternativas para el desarrollo agropecuario.
Al dar a conocer el informe de evaluación al programa para el periodo 2012-2013, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) afirma que Procampo se convierte en una “medida regresiva” e incluso es probable que duplique la asignación presupuestal a través de los diferentes componentes.
Refiere, además, que las estrategias de inversión y de mejora de la productividad “no han mostrado resultados satisfactorios”, por lo que no se sugiere la expansión.
El estudio considera que es “urgente” atender a los productores que tienen bajos ingresos en las zonas rurales, por lo que recomienda rediseñar el programa. Advierte la necesidad de garantizar que “los nuevos topes impuestos a los subsidios de Procampo no operen en contra de ejidos y comunidades indígenas, que pueden aparecer en el padrón bajo un solo nombre y ser confundidos con grandes propiedades”.
Al cumplir dos décadas de operación, el consejo sugiere realizar un “esfuerzo institucional orientado a identificar cuál debe ser el objetivo de Procampo en el contexto actual”. En el último año, los apoyos otorgados fueron para más de 3 millones de productores, dos de cada 10 de ellos eran mujeres.
Poco más de la mitad de los recursos otorgados se distribuyeron en siete entidades: Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Guerrero, Michoacán y el Estado de México.
¿En qué consiste?
El Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) tiene como objetivo complementar el ingreso económico de los productores del campo mexicano para contribuir a su crecimiento económico individual y la del País.
Además de incentivar la producción de cultivos lícitos, mediante el otorgamiento de apoyos monetarios por superficie inscrita al programa, coadyuvando así a la atención de las necesidades respecto al derecho a la alimentación.
Fue creado en 1994 como un instrumento para compensar la posible pérdida de ingreso de productores rurales en el contexto de la firma del TLCAN.
La falta de definición en la lista de personas que reciben un subsidio público hace que el dinero “llegue a quienes no padecen el problema” de contar con alternativas para el desarrollo agropecuario.
Al dar a conocer el informe de evaluación al programa para el periodo 2012-2013, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) afirma que Procampo se convierte en una “medida regresiva” e incluso es probable que duplique la asignación presupuestal a través de los diferentes componentes.
Refiere, además, que las estrategias de inversión y de mejora de la productividad “no han mostrado resultados satisfactorios”, por lo que no se sugiere la expansión.
El estudio considera que es “urgente” atender a los productores que tienen bajos ingresos en las zonas rurales, por lo que recomienda rediseñar el programa. Advierte la necesidad de garantizar que “los nuevos topes impuestos a los subsidios de Procampo no operen en contra de ejidos y comunidades indígenas, que pueden aparecer en el padrón bajo un solo nombre y ser confundidos con grandes propiedades”.
Al cumplir dos décadas de operación, el consejo sugiere realizar un “esfuerzo institucional orientado a identificar cuál debe ser el objetivo de Procampo en el contexto actual”. En el último año, los apoyos otorgados fueron para más de 3 millones de productores, dos de cada 10 de ellos eran mujeres.
Poco más de la mitad de los recursos otorgados se distribuyeron en siete entidades: Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Guerrero, Michoacán y el Estado de México.
¿En qué consiste?
El Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) tiene como objetivo complementar el ingreso económico de los productores del campo mexicano para contribuir a su crecimiento económico individual y la del País.
Además de incentivar la producción de cultivos lícitos, mediante el otorgamiento de apoyos monetarios por superficie inscrita al programa, coadyuvando así a la atención de las necesidades respecto al derecho a la alimentación.
Fue creado en 1994 como un instrumento para compensar la posible pérdida de ingreso de productores rurales en el contexto de la firma del TLCAN.
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